Pronto se establece una especial complicidad entre ambos, y Thomas, a la vez que describe a la muchacha las bellezas y miserias de su país, avisa a la joven de que deberá renunciar a sus investigaciones para que disfrute de la vida en ese pueblo de pescadores, territorio mágico en el que las leyes son flexibles y los muertos felices, y en el que todos los habitantes conviven compartiendo sus historias y sus bienes materiales.
En esta novela, que preconiza un inédito ejercicio de la justicia y una auténtica fraternidad entre los seres humanos al plantear la pregunta: «¿Qué uso debemos hacer de nuestra presencia en el mundo?», Trouillot interroga al azar sobre el destino que nos hace nacer blancos o negros, poderosos...
Colección: Nuevos Tiempos.