La innovación es uno de los temas de nuestro tiempo. Para practicarla se requieren varias artes. No basta con inventar ni ser creativo. Los procesos de innovación han sido estudiados por economistas, sociólogos, politólogos, antropólogos, pedagogos e historiadores. El Ars Innovandi lo practican científicos, ingenieros, empresarios y artistas propiamente dichos, pero está al alcance de cualquier persona o grupo que tenga y asuma el valor de innovar.
Este ensayo propone naturalizar y socializar el concepto de innovación, asumiendo la pluralidad de mundos (microcosmos, mesocosmos, macrocosmos) y sociedades. Asimismo, se ocupa de las innovaciones lingüísticas y conceptuales, a las que se ha prestado poca atención. Propone unos estudios generales de innovación que en un futuro podrían generar unas ciencias de la innovación (innología). Con este fin, aporta un enfoque sistémico, pluralista y basado en valores, que permite analizar críticamente la dimensión creativa de la innovación, pero también la destructiva. En tanto valor, la innovación está más allá de la verdad y la falsedad, así como del bien y el mal.