La vida es como un viaje, aunque mucho más largo, y como todo viaje tiene situaciones afortunadas y desafortunadas, circunstancias favorables y también dificultades. No obstante, se puede aprender a vivir con mayor equilibrio, sabiduría y claridad, sin dejar de aprender de cada momento, afrontando con ecuanimidad los obstáculos que se presentan y afirmando lo mejor de cada uno de nosotros.