Bartolomé Clavero, catedrático de Historia del derecho de la Universidad de Sevilla, nos ofrece un texto que es, a la vez, un descargo de conciencia personal, la recuperación de la memoria histórica de una familia que prosperó a la sombra de la dictadura y, sobre todo, una elocuente denuncia, no sólo de los crímenes franquistas, sino, sobre todo, de la desmemoria posterior, empeñada en hacernos olvidar que buena parte de la clase pudiente hoy en España debe su posición a la sangre y al despojo, como consecuencia de haberse alzado con la victoria en la guerra y el botín en la posguerra. Una desmemoria que se utiliza para ocultar la pervivencia de los abusos de una guerra interminable que no dice su nombre. Lo que le lleva a preguntarse: ¿Hasta cuándo ha de extenderse la memoria histórica correspondiente a una guerra proseguida por posguerra sin solución de continuidad ni siquiera luego, a efectos de resarcimiento, con constitución? Pueblo a pueblo, puerta a puerta, persona a persona, tal vez tenga que ser historia de presente incluso, historia de generaciones herederas.