La infancia, los menores en general o el alumno son categorías elaboradas por los adultos en el seno de la cultura y de las prácticas sociales. Una vez que la educación se ha universalizado, se es menor en tanto se es alumno, y se vive la experiencia en este último papel en tanto se es visto y tratado como menor. El alumno como invención es una obra que pretende rescatar el valor del sujeto escolarizado como un referente esencial para proyectar, desarrollar y evaluar la calidad de la educación. J. Gimeno Sacristán rastrea con un enfoque interdisciplinar los rasgos más sobresalientes de la trayectoria que han seguido los menores para convertirse en escolares bajo la mirada vigilante, disciplinante, protectora y amorosa (a veces ruda y poco amistosa) de los adultos y, más específicamente, de los padres, madres, profesores y profesoras. Además de desvelar una realidad ante la que, por su cotidiana presencia, podemos quedar insensibilizados, se pretende ofrecer datos y argumentos para resistir el envite de las corrientes dominantes del pensamiento, las políticas utilitarias y el academicismo que ha sacralizado los contenidos de la enseñanza, como si fuesen la sustancia misma de la cultura ante la que deben rendirse los profanos. Cuando la preocupación por la calidad de la enseñanza inunda los discursos acerca del presente y futuro de los sistemas educativos, es preciso recordar que la calidad de la educación que no es necesariamente lo mismo exige mirar y dirigirse al alumno, quien, al mejorar como persona, aprendiz y ciudadano, perfecciona a la sociedad. ***************** CONTENIDO Pág. PRIMERA PARTE: El sujeto que será escolarizado ............................................................... 11 CAPÍTULO PRIMERO: El adulto construye al menor y al alumno......................................... 13 1.1. La actualidad de lo necesario, 13.- 1.2. A modo de síntesis previa. Un esquema para la investigación de las determinaciones del sujeto infantil, 20.- 1.3. La historia depositada en los significados de las palabras. La construcción hecha por los adultos de la identidad del menor que será después el alumno, 23.- 1.3.3. La imprecisión de los límites acerca de qué es ser menor, de acuerdo con las realidades de los adultos, 26. CAPÍTULO II: ¿Cómo hemos creado al menor? Las imágenes de la infancia .................... 30 2.1. La naturaleza influenciable de los menores. Ambientalismo frente a determinismo en la construcción del sujeto de la educación, 32.- 2.1.1. Del ambientalismo como abstención de intervenir al determinismo ambientalista, 38.- 2.1.2. Los matices del determinismo. La fuerza del pasado en el presente y en el futuro, 46.- 2.2. La transitoriedad de la infancia y de la juventud: El destino de llegar a ser adulto como camino de progreso, 48.- 2.2.1. ¿Cambian los tiempos, los adultos o los menores?, 59.- 2.3. Los menores jerarquizados por el cuerpo y por el tiempo; después por las cualidades invisibles, 73.- 2.3.1. Distinguirse en la mirada evolutiva: Primero, por el cuerpo, 76.- 2.3.2. Del cuerpo como cárcel del espíritu, espejo del alma y objeto de dominio, al cuerpo como medio de perfección, 83.- 2.3.3. Controlados, clasificados e individualizados por el tiempo, 86.- 2.3.4. Controlados, clasificados e individualizados por cualidades más invisibles, 89.- 2.4. ¿Se convierte la experiencia en naturaleza? La permanencia del pasado en el presente y la de éste en el futuro del menor, 93.- 2.5. Imágenes en negativo de la infancia. La perversidad en el niño como manifestación de la maldad en la naturaleza humana, 102.- 2.6. La infancia invisible en el paraíso de los niños visibles, 114. SEGUNDA PARTE: El sujeto es escolarizado ................................................................... 119 CAPÍTULO III: Una larga, compleja y desigual historia de relacionarse, de querer y enseñar al alumno .....................................................................................................................................121 3.1. Algunos rasgos del largo proceso del aprendizaje cultural de saber educar. Ternura, disciplina y redención de los menores por la cultura, 129.- 3.2. La familia en el origen de las relaciones educativas afectuosas, pero no sólo, 133.- 3.3. Ser querido dentro de un orden social. La relación disciplinante, 142. CAPÍTULO IV: Las raíces culturales del orden escolar en el que adquiere sentido ser alumno ..................................................................................................................................................... 148 4.1. La evolución del papel de los adultos especializados en el cuidado y educación de los menores. La protoprofesión de enseñar, 151.- 4.2. Soldados, fieles y mujercitas: El control de los individuos, 154.- 4.3. La retórica moderna: La educación como proyecto y comunicación de cultura, 161.- 4.4. Los rasgos esenciales del orden escolar que regulan de cerca al alumno, 163.- 4.4.1. El espacio y el tiempo: reguladores de la vida, 169.- 4.4.2. Control sobre el sujeto y sobre las formas de estar con los demás en la escuela, 179.- 4.4.3. La disciplina a la que obliga una cultura de disciplinas, 188.- 4.4.4. Modos de aprender los saberes. De la disciplina de escuchar a la de leer y escribir, 199. CAPÍTULO V: La educación a la medida del alumno en las instituciones escolares hoy, o cómo hacer compatibles el agrado, los afectos, el placer de aprender, la formación y el progreso .................................................................................................................................... 222 5.1. Necesitamos un diagnóstico justo de la situación, 224.- 5.2. Algunos principios desde los que partir, 231.- 5.3. El papel de las instituciones al servicio del sujeto en sociedad, 237.- 5.3.1 Considerando al sujeto en su propia cultura, 239.- 5.3.2. Una cultura escolar renovada, 242. BIBLIOGRAFIA .............................................................................................................................. 248 OTRAS OBRAS DE EDICIONES MORATA DE INTERÉS