Las paredes oyen es una expresión procedente de la Francia de la segunda mitad del siglo XVI. Segun cuenta la historia, Catalina de Médicis hizo construir conductos acústicos en las paredes de sus palacios, para oír lo que se hablaba en las otras habitaciones y así saber si se conspiraba en su contra. Esta pieza homónima cuestiona la mentira patológica y la maledicencia compulsiva del personaje de don Juan, quien para conquistar a Ana pretende injuriarla. Mientras, el virtuoso don Mendo en quien algunos han visto al propio autor, observa despechado los acontecimientos. Don Mendo, doña Ana, Beltrán y el Conde aparecen en otras obras de Ruiz de Alarcón como La prueba de las promesas, El examen de maridos, El tejedor de Segovia, Los pechos privilegiados, Ganar amigos y La verdad sospechosa. La comedia tiene un trasfondo astrológico. Los planetas y signos evocados en el texto marcan un entorno mitológico y celestial regido por la Fortuna.