Úrsula está cansada de vivir y a punto de cumplir 100 años. Con motivo de fecha tan señalada, sus convecinos van a preparar una fiesta de cumpleaños en la que se la homenajee por ser la más anciana de la comunidad. Reticente en un principio, finalmente accede con la pretensión de llevar a cabo un plan que deje a todos sorprendidos. Antes de ese día tiene que resolver dos asuntos: por un lado, debe quedarse en paz consigo misma expulsando todo el veneno que lleva dentro por medio de la narración de cuanto su memoria alcanza; por otro, dejar bien dispuesto el legado de su inmensa fortuna.
El abrazo de la luna cenicienta es algo más que la historia de una parricida. Es la denuncia de unos sucesos ocurridos con mayor profusión en la década de los setenta y que sobrecogieron el corazón de todos los que escuchamos a sus víctimas.