los que debe sujetarse un médico, para quien el ejercicio de su profesión constituye hoy un reto intelectual, complicado y
difícil, pues debe ver al individuo como una entidad biopsicosocial y considerar los aspectos preventivos, curativos y
rehabilitatorios en el diagnóstico, pronóstico y tratamiento, aplicando los resultados de aquellas investigaciones cuya suma
ha transformado a la medicina empírica en una ciencia exacta (el método científico no da lugar a decisiones basadas en la
simple observación, sino en trabajos realizados con una metodología estricta).
Sin embargo, ante la enorme cantidad de información disponible, es indispensable que un médico científico -aquel que
decide con base en conocimientos- esté preparado para discriminar datos con rapidez, además de aprender que la
investigación es un proceso sistemático, organizado y objetivo.
Por todo ello, El ABC de la medicina científica busca fomentar la investigación, servir como texto para las materias de
Metodología Científica y Medicina Basada en Evidencia para estudiantes de Medicina, además de privilegiar el razonamiento
clínico sobre la memoria y retirar la etiqueta de que para hacer investigación, interpretarla y aplicarla se requieren profundos
conocimientos filosóficos, estadísticos o metodológicos y conocimiento tecnológico de punta.
Fue escrito por clínicos que buscan ayudar a generar las habilidades y competencias que permitan identificar la evidencia útil
y real, distinguir con rapidez la información relevante aplicable, buscar soluciones a lo que puede resultar desconocido, y que
el dominio de estas habilidades sirva como herramienta de educación continua permanente, brindando así respuesta a las
inquietudes del médico en formación.