Malinterpretando el dicho de "genio y figura, hasta la sepultura", muchas personas piensan que la tarea de educar su propio carácter o el de sus hijos es una tarea casi imposible. Y aunque sea ciertamente mucho lo que a la persona viene dado ya de nacimiento, la educación, sin serlo todo, es muy importante a la hora de forjar el modo de ser de cada uno y, en definitiva, el carácter y la personalidad. Lo que los padres son, lo que hacen y lo que dicen va calando día a día en el carácter de los hijos.
Con un tono positivo y a la vez realista, con un tratamiento concreto pero sin reduccionismos, y con un estilo rápido y ameno, a lo largo de estas páginas el lector encontrará las ideas que necesita para determinar qué aspectos contribuyen a mejorar el carácter del adolescente y, junto a ello, consejos prácticos, ejemplos, anécdotas y casos reales para ilustrar el modo de aplicarlas.