En segundo lugar, el estudio de la economía es intrínsecamente recomendable, además de muy interesante, porque afecta a todos los actos humanos. En cualquier acto de nuestras vidas, lo queramos o no, estamos tratando de economía. ¿Por qué algunas estrellas del rock o del deporte ganan más que un profesor o empresario autónomo, por ejemplo? ¿Qué determina el precio de un café? ¿Qué efectos tiene la expansión monetaria de los bancos centrales? ¿Y la expansión crediticia de los bancos comerciales? ¿Qué efectos tiene la subida del precio del petróleo?
Si la gente no conoce las leyes fundamentales de la economía, esta sociedad está abocada al fracaso. Thomas Carlyle, un conocido escritor británico del siglo XIX, calificó de «ciencia lúgubre» a la economía. No obstante, tratándose adecuadamente, no tiene por qué serlo. La economía no solo es fascinante, sino siempre interesante e incluso puede resultar divertida. En economía tratamos aspectos que forman parte de la realidad más cotidiana. No es pura teoría intelectual al margen de la vida real. Todo en economía es sentido común (el menos común de los sentidos) y lógica deductiva, partiendo del axioma de que el ser humano actúa.
Se han incluido en cada unidad una serie de lecturas y actividades en inglés. Ello es fruto de la experiencia del autor en la práctica del CLIL (Content and Language Integrated Learning). El objetivo es, en un mundo globalizado, avanzar en el aprendizaje y dominio tanto de la economía como del inglés aplicado a este ámbito. Los resultados obtenidos de la práctica docente durante más de dos lustros, introduciendo las oportunas modificaciones adaptativas, son ampliamente positivos.
En el momento de escribir estas líneas, el mundo padece los efectos de una severa crisis financiera internacional. Los síntomas, presentados por los dirigentes políticos en una primera etapa como «suave desaceleración», se hicieron muy evidentes a partir de 2008. Acababa una larga etapa de falsa euforia económica en la que el ahorro se había sustituido por el endeudamiento masivo, y comenzaba una larga depresión. Es evidente que se han cometido graves errores. Sin embargo, no hay unanimidad ni en el diagnóstico de la crisis ni en su tratamiento. A diferencia de las ciencias naturales, la economía no permite experimentos de laboratorio. Leyes naturales como la gravitación están perfectamente estudiadas por la física, como también los efectos de su transgresión. Las leyes naturales de la economía son mucho menos evidentes a simple vista, aunque existen igualmente. Del mismo modo, violentar las leyes no escritas de la economía tiene consecuencias trágicas. De hecho, su descubrimiento es uno de los principales objetivos de este libro.