Los siete relatos que componen Dulcísimas hebras de oro se entrelazan en una
trama donde el amor, la soledad, el egoísmo, el sexo, la obsesión y otras pulsiones, otros
sentimientos, son llevados por el autor hasta el paroxismo. Una urdimbre exagerada,
deliberadamente hipertrófica, colorista, angustiada y doliente, cuyos protagonistas
parecieran clamar a un padre desconocido: ¿por qué nos habéis abandonado?.