Mario y Amparo se mudan a un nuevo hogar de la periferia. La portera del edificio caza ratas y cigüeñas, una vecina espera casarse cuando el indulto libere a su novio presidario y pasea su traje de novia por toda la vecindad. Otra vecina finge la viudez de un marido que la abandonó años atrás y la suegra de Mario intenta suicidarse con una bombona de gas. Mientras, Amparo duerme su infelicidad gracias a unas gotas que le propina su marido, quien trama un plan para asesinarla durante el sueño.