Guillermo Ortiz nos mostró con el exitoso "Un tipo que flota" que el humor de -y sobre- náufragos es imperecedero, y probablemente uno de los géneros más metidos en la psique de los lectores
Ahora, varios años después, el autor da un compañero de fatigas a su solitario náufrago, e incluso redondea la tradición haciéndoles llegar a una isla.
Los náufragos de Orx no son hombres banales. Ellos reflexionan sobre su situación, la vida, el universo. Y todo ello con un sentido del humor que desborda profundidad y originalidad.
Ya no tenemos "Lost", o la isla de "Arrow" no nos acaba de convencer, pero llega la isla de "Dos tipos que flotan".