A mediados del siglo XX, en pleno despegue de la industria turística, la población de una minúscula isla levantina se conmociona un verano ante la aparición del cadáver de una mujer. Al hilo de la dificultosa investigación judicial, en la que nada es lo que parece, se van desvelando oscuros intereses y secretos celosamente guardados. Testimonio de unas formas de vida ya perdidas, el relato desempolva las viejas costumbres isleñas en una atmósfera de intriga, tradición, magia, y superstición, perfumada por los aromas de la cocina mediterránea. Una novela negra, muy colorista y rigurosamente documentada, en cuyas páginas el amor y, sobre todo, el humor, están muy presentes.