Bram Stoker (1847-1912) nació en las afueras de Dublín y su vida fue un cúmulo de contrastes. De niño enfermizo a estudiante del Trinity College que destaca tanto en los deportes como en los estudios. Funcionario durante diez años, acabó trabajando como agente del actor Henry Irving. A pesar de su ajetreada vida, tuvo tiempo para escribir novelas de terror como La joya de las siete estrellas (1903), La dama del sudario (1909) y La madriguera del gusano blanco (1911). Stoker murió en 1912 pero alcanzó la inmortalidad literaria gracias a la creación de un personaje milenario e inmortal, el conde Drácula, que con el paso del tiempo se convertiría en un mito universal.
El invitado de Drácula y otros relatos extraños (1914) reunía los mejores relatos de terror de Bram Stoker. La colección fue publicada tras su muerte e incluía tres relatos inéditos hasta entonces: La profecía gitana, en el que un recién casado visita un campamento gitano con la intención de desenmascarar a sus supuestas adivinadoras, El regreso de Abel Behenna, que nos cuenta la historia de la hermosa Sarah y su peculiar modo de elegir entre sus dos pretendientes, y El invitado de Drácula, texto originalmente escrito como primer capítulo de Drácula (1897) y posteriormente suprimido por Stoker debido a la excesiva extensión de la obra. El lector encontrará también en este volumen relatos como La casa del juez (1891), El sueño de las manos rojas (1894) o el terrorífico El entierro de las ratas (1878).
Completan este volumen cuatro relatos reunidos por primera vez por Peter Haining (1980-91): La cadena del destino (1875), Los dualistas (1887), El vidente (1910) y Las nupcias de la muerte (1912). Se trata, pues, de una colección de relatos extraños y macabros, que muestra las mejores facetas del arte narrativo de Bram Stoker, con su singular maestría para engarzar los elementos emotivos y dramáticos en una creciente atmósfera de terror.