Doña Perfecta y su hermano deciden que sus hijos se casen. A partir de ese momento se disparan diversas tramas dentro de la familia que acabarán por enloquecer a uno de los personajes y apagar la vida de otro. Galdós ubica la acción en Orbajosa, una ciudad hostil con vida propia, presente en toda la obra como un personaje más, que representa el espíritu tradicional adulterado.