Primera versión de su futura teología sistemática, estas lecciones quieren fundar la dogmática como «discurso científico de lo que nos concierne incondicionalmente». La concepción de que el ser trascendente se revela en lo existente, en la forma de la conmoción e inversión de este, permite delimitar la dogmática tanto frente a una teología racional no religiosa como frente a una dogmática eclesial ajena a la filosofía de la religión y de la cultura.
Como declara el propio Tillich en este curso, en un momento histórico en que la realidad concreta del Espíritu se encuentra «entre la Iglesia y la cultura, entre la confesión y la historia de la religión», la dogmática es «preparación del camino, sin la fuerza plena del símbolo, y sin embargo una tarea cuya grandeza hace que merezca la pena trabajar en ella».