La democracia y el buen gobierno necesitan el apoyo y las directrices de unos valores, y entre ellos está sin duda la ética pública. La ética es, ante todo, una comunicación personal del deber ser, que implica unas decisiones y unos comportamientos conforme a los principios y valores de la misma. Sin perjuicio de esa dimensión personal apoyada y motivada por la socialización en esa materia; indiscutiblemente la formación y los códigos de conducta elaborados y aprobados, coadyuvan notable y eficazmente en su puesta en práctica. En el ámbito público la ética pública tendrá su propia especificidad y unas características propias, y afectará fundamentalmente a la clase política, a los profesionales del sector público y a los ciudadanos.
Esta publicación va dirigida y dedicada a todos aquellas instituciones y personas interesadas desde distintas posiciones, actitudes, e intereses, en una acción pública no sólo eficaz y eficiente, sino también digna y de valores públicos democráticos. Es pues una obra para la reflexión y para la acción posterior, coherente con ella.