Doce sorbos de café y un vaso de agua pretende trasladarle al lector doce vistazos tan críticos como satíricos de la realidad que nos azota en un momento de constante metamorfosis del ser humano y de sus más arraigados deseos y voluntades. Con esta premisa, Marc Pérez Pino juega a darle matices al relato dejándose llevar por el entusiasmo que propone una idea o un recuerdo que admite el añadido de una imaginación en constante dinamismo. Tras el aluvión creativo, refresca la lectura con una reflexión que sirve de colofón final a la amargura de un café con infinidad de sabores.