Y fue en Bizancio, la gran capital del imperio de Oriente, en la que se encontraba entre los seguidores de Pedro de Amiens, también conocido como el Ermitaño y desde todo el orbe habían acudido a su llamada, ¡Dios lo quiere!, para rescatar el Santo Sepulcro, de las infieles garras turcas, gentes de las más humildes condiciones y de la más elevada fe. El rapto de Catalina de Monferrato inicia una serie de acontecimientos que hacen que la vida de Gabino esta a merced de los normandos participantes en la cruzada y del malik...