Hay una historia de amor loco en el centro de esta novela, un amor que arrastra a dos personajes marginales de Buenos Aires hacia las experiencias más novelescas en el otro extremo del mundo. La historia de ese amor enciende la imaginación de un viejo escritor ya hastiado de la vida y lo lleva a reinventarse. Y es su relato el que va a germinar, como una semilla llevada por el viento, en la relación de una pareja joven que da sus primeros pasos en el amor. «Los cuentos no se inventan, se heredan» había escrito Edgardo Cozarinsky en su primera novela. En Dinero para fantasmas, las historias van abriéndose sucesivamente, como cajas chinas que siempre encierran otra. Las heredan personajes cuyos cruces fugaces dibujan la trama de la novela: entre el amor vivido y el imaginado, entre el deseo no apagado por los años y el que estalla en quienes recién se asoman a la vida. La novela más apasionada del autor es también su obra más madura.