Hacia el año 350 es nombrado obispo de su ciudad y lucha valientemente contra el arrianismo con la predicación y la pluma siendo desterrado por el Emperador Constancio. Vuelto del destierro, ya con más paz, medita y enseña la Escritura. Muere el año 367.
A San Hilario, difícilmente se le descubre, pero quienes lo logran, no le abandonan más. Eso pretende este Diccionario.