Argumento de Derecho a Decidir
La hegemonía contemporánea del neoliberalismo ha sido posible por la ausencia de alternativas creíbles. De hecho la mayor parte de las propuestas del movimiento sindical y político se limitan a propugnar la defensa y recomposición de las estructuras del capitalismo de concertación fordista. La izquierda está por tanto limitada a un proyecto utópico y anacrónico, el regreso de un pasado que ya no se corresponde con las condiciones sociales y políticas del momento. Y debe recalcarse que su derrota es previa a la implosión del socialismo estatista del este de Europa. Si bien es cierto que el siglo XX fue el "siglo soviético", la desaparición de este régimen sólo fue un trauma político-cultural para la izquierda comunista, tanto "pro" como "anti", pero no para las otras corrientes de la izquierda, socialista, anarquista o religiosa. La derrota política, es decir teórica y práctica, se produjo en la década de los ochenta, y sólo al final de la misma se descompuso definitivamente el régimen soviético.
¿Cómo ha podido producirse una derrota tan profunda, tan extensa, tan duradera? Por lo pronto, señalemos un aspecto clave: la falta de visión, de proyecto de futuro, se encuentra en la raíz del descalabro.
La falta de capacidad para diseñar la visión de un futuro distinto es la base de la quiebra del proyecto socialista, en cualquiera de sus versiones: la socialdemocracia abdicó hace un siglo de tener una perspectiva de cambio estratégica; la izquierda comunista se sumergió en la defensa y crítica de las prácticas en las sociedades postrevolucionarias; la izquierda anarquista no alcanzó a superar el fracaso de la revolución española; la izquierda religiosa, como su reino no es de este mundo, limita su quehacer teórico a la crítica ético-moral. Y si no se dispone de un esbozo estructurado de la arquitectura social alternativa, no es realista esperar que la política supere los estrechos márgenes que le concede el pensamiento único.
Aquí se apuntan algunos de elementos centrales de una arquitectura económica alternativa al capitalismo, con respuestas no necesariamente coincidentes. Propuestas y autores que se inscriben en el arco amplio de la izquierda socialista, comunista, libertaria.
Esta obra, por tanto, puede ayudar a suscitar el imprescindible debate en las fuerzas del anticapitalismo emergente, y ser una herramienta en el proceso de construcción del pensamiento alternativo.1