Para que crezca la hierba la lluvia es necesaria y el aire con quien se abriga y con quien lucha la hierba también es necesario. Para que camine el hombre por el mundo se necesitan caminos y para que lo hagan los sentimientos de cada hombre o mujer se necesitan diarios. Diarios secretos que recojan palabras como canciones. Versos en los que, cuando desaparezca el hombre, quede su trabajo, su dolor, su inquietud, su amor y su miedo. La vida del hombre es su diario. Y el diario del hombre es su vida. Barco anclado en la luna como un sueño más. Cavilaciones del hombre, que desde niño tiene miedo. Angustia y ansiedad por situarse como un árbol frondoso en el paisaje. El diario de una piel indefensa es una conversación del hombre con los mismos dioses que lo pusieron en este mundo inexplicable, con una protección insuficiente. Una súplica para pedir perdón por un beso de amor.