La columnista Kit Macy sabía que la casa de sus sueños ya era casi suya. Pero entonces su nuevo, arrogante y guapísimo jefe despidió a todos los trabajadores de la revista. Sin trabajo no habría hipoteca ni jardín para su hijo de cuatro años. Necesitaba un plan? y decidió reinventarse a sí misma. El editor Cal Panagos tenía la intención de modernizar a fondo la revista; desde los trabajadores a los artículos. Pero el deseo de triunfar de aquella testaruda madre soltera? y sus preciosos ojos no tardaron en desbaratarle los planes. Lo cierto era que sus artículos infundían vida a la revista? y ella le estaba haciendo olvidar su regla número uno: no mezclar los negocios con el placer?