Kick Keswick es una mujer de mundo. Se ha hecho a sí misma, y los resultados son brillantes: elegante, independiente y segura, desde hace años trabaja en una selecta casa de subastas de Londres. Es experta en pintura, muebles y objetos de arte. Lo suyo son los pequeños placeres de la vida: un acogedor piso en la ciudad, la casita en la campiña francesa, su música, sus libros, una deliciosa comida regada con un buen vino y las joyas de los demás. De hombres, últimamente no quiere saber nada. Hasta que entra en su vida Owen Brace, el nuevo propietario de la casa de subastas, un agresivo e irresistible hombre de negocios norteamericano que lo ignora todo sobre el mundo del arte, la discreta alta sociedad inglesa y los peligros de subestimar a una inteligente ladrona de guante blanco. Una novela deliciosamente divertida con misterio, amor, venganza y secretos que valen su peso en quilates.