Según un término acuñado en el siglo XIX, esta obra junto con LA REGLA PASTORAL de san Gregorio Magno y FUGA Y AUTOBIOGRAFIA de san Gregorio Nacianceno, constituyen la "trilogía pastoral" de la antigüedad cristiana.
Su notabilísima difusión hace sospechar asimismo de su influencia desde el siglo IV hasta nuestros días.
No era nuevo en el siglo IV disertar sobre el presbítero o el obispo. Ya lo habían hecho las cartas pastorales del Nuevo Testamento y, después, otros autores cristianos de los tres primeros siglos en distintas epístolas, homilías, comentarios... Pero el Diálogo sobre el sacerdocio del Crisóstomo se presenta, sin embargo, como la primera obra literaria cristiana que ya en el título mismo alude al ministerio sacerdotal como asunto del escrito.
La obra, lejos de ser una exposición pacífica y atemporal del modelo del sacerdote, es un escrito dirigido a una sociedad concreta para reformar la vida sacerdotal y, consiguientemente, reparar la baja y penosa imagen del sacerdocio que se había habituado a unas actitudes que lo sumían en una lamentable situación.