Argumento de Diablo
El salón de una casa de pueblo atrapada en el tiempo. Se oyen moscas. Un tractor. El Tour de Francia. Persianas cerrándose para que no entre la luz, y con la luz el fuego del verano. Estamos a cuarenta grados. La mesa está cubierta por un mantel que una vez fue rojo y hoy se ve desteñido, agujereado por colillas. Huele a eso, a tabaco y a polvo. A pis. A alcohol de alta graduación. Todo forma parte de la misma casa y el mismo estilo de vida. El de un hombre viudo. Se llama Elías y es guarda forestal. Aquí vive con su hijo, que se llama como él y lleva meses en paro, y su nuera, Rebeca, que trabaja de cajera en el supermercado del pueblo. A la familia se suma Ismael, el hermano menor, que está de visita. Él es el único que ha logrado estudiar y escapar. Su padre, contra todo pronóstico, también ha escapado. Lo ha hecho de pronto y sin motivo. Nadie da con el guarda forestal. Sus hijos y su nuera le buscan sin buscarle. Sin fe. Y mientras, el bosque se quema.1