Argumento de Despertar a la Verdad. el Don de Vivir con Lucidez
Está claro que la verdad no es una fórmula que se pueda encerrar en palabras ni comunicarse de una persona a otra. El buscador espiritual sabe que la tiene que descubrir por sí mismo y que para ello debe seguir un largo camino de disciplina y meditación. Con enorme lucidez, Leo Hartong cuestiona este planteamiento clásico. Según él la verdad no es una fórmula que se pueda poseer, ni un trofeo que se pueda alcanzar. Más aun, es el propio esfuerzo por alcanzarla lo que nos mantiene alejados de ella. Porque está tan cerca que ningún movimiento hacia ella es posible. La verdad es el Ser impersonal del Universo; un Ser que nunca podremos alcanzar porque es también nuestro propio Ser, nuestro propio Yo. ¿Qué podemos hacer entonces? Nada. No hay ningún camino que pueda llevarnos hasta nuestra propia casa. Podemos, eso sí, darnos cuenta de que ya estamos en casa. Cada frase de este libro es una flecha que apunta certeramente hacia esa casa que nunca hemos abandonado.0Prefacio por Tony Parsons
¿Qué pasa cuando uno se cae desde un extremo de la tierra?
¿Quién es autor?
A la orilla del río
¡Nada de lo que leas aquí es verdad
No te dejes intimidar
Santos, pecadores, buscadores e iluminados
¿Comprendes?
La idea del "yo"
El enemigo interior
Soy. o ¿soy?
¿Qién está presentando el espectáculo?
El desplazamiento
Sin exigencias, sin culpa, sin gloria
Seguir o no una práctica espiritual
Acepatción, amor incondicional, dicha y todo lo demás
¿Y qué pasa con el cuerpo?
Abandonando el fantasma
Cegado por la luz
Conceptos y metáforas
El sueño del espacio y del tiempo
Despertar a la verdad
Epílogo