En este ensayo el autor ofrece, a los abogados defensores de los derechos humanos, advertencias y distinciones que se apoyan en un ideal liberal y moderno de deferencia a tales derechos. Abogados que son ciudadanos en sociedades que aún tienen que lidiar con el problema del arbitrio de quienes ostentan el poder, sea cual sea este, sobre los otros de modo despótico, manipulador o autoritario. Un problema que es común a todas las sociedades, aunque se manifieste en cada una de éstas de modo diverso y con grados diferentes de intensidad.