El mal tiene dimensiones políticas, económicas, sociales, históricas, psicológicas e ideológicas, y también espirituales. Analizamos su trasfondo espiritual. Descubrimos las conexiones históricas y actuales entre el poder y una insospechada dimensión espiritual maligna a la que este poder mundial sirve; nos introducimos en el subsuelo del poder: detrás de las élites mundiales se ocultan poderosas corrientes esotéricas, como la masonería.