El libro diferencia netamente dos partes; por un lado, elabora una parte general, en la que describe las cuestiones referentes al elemento objetivo y subjetivo, la relación causal, las atenuantes, las agravantes, el concurso de personas en el delito, etc. Por otro lado, expone la parte especial, donde distingue entre los delitos privados y los delitos públicos; dentro de los primeros, se refiere al hurto, el robo, iniuria y el daño; y, dentro de los segundos, al crimen maiestatis, los delitos contra las buenas costumbres, el crimen vis, el homicidio, el parricidio, la falsedad, el repetundae, el crimen annonae, el peculatus, el ambitus y termina con el delito de plagio.
La lectura de este magnífico libro nos proporciona una visión exacta y profunda de lo que era el Derecho penal romano y nos permite conocer cuánto del actual Derecho penal procede del de entonces y la gran influencia que aquel ha tenido en la formación de este.