Agathe y Jerôme son una de esas parejas aparentemente perfectas: dos hijos, éxito social y económico, un cierto aire artístico y bohemio.Pero la decoración de cartón piedra sobre la que se sustenta su matrimonio se derrumba después de una década de convivencia. Todo aquello que Agathe creía inamovible va a rebelarse como una mera ilusión y después de hallar las pruebas de la traición de su marido, inicia un proceso de divorcio que resultará, como suele ocurrir en la mayor parte de los casos, devastador.
Una novela lúcida, desgarradora y a veces divertida por lo surrealista sobre una de las realidades más comunes de occidente: el divorcio.