Peroquico, Arselino, la Cocula y el agüelo siño Quico son algunos de los personajes que pueblan este conjunto de relatos sobre la vida rural altoaragonesa en la época de la posguerra. Rimas, chascarrillos, chanzas e historias de brujas y de maquis se suceden en un tono que es tan nostálgico como jocoso. El río Guatizalema sigue fluyendo pero la fabla aragonesa y la transmisión de la cultura oral en torno al fuego, jugando una partida de chica, o durante las pausas de la siega han quedado atrás en el pueblo de Huerto, tal vez para siempre. Este libro los intenta recuperar para mantener la memoria viva. Ilustración de cubierta: Lluís Farré.