Encontramos aquí el testimonio desnudo de una batalla furiosa no sólo por la supervivencia sino también por la dignidad, el valor y sobre todo el coraje. Es la voz de una mujer que habla por muchas, la voz desgarrada por el dolor y por una realidad cuyo peso es a veces excesivo. Cuando la lluvia no te alcanza quizá ya no exista hueso, ni apenas carne suficiente, tan sólo una línea apenas perceptible que nos define aún como seres humanos pese a todo, tras haber sido desdibujados por los golpes hasta borrar el rostro que un día conocimos ?aquella sonrisa de niña dulce? y arrancarnos la esperanza de un modo tan brutal que nunca encontremos cobijo alguno para ocultar el frío sufrido desde entonces.