Cuando dos son uno es una nueva apertura de su corazón por donde escapan innumerables e incontrolados sentimientos que el autor necesita liberar y que el lector o lectora recibe y acoge como ese mar que cada vez «guarda más barcos hundidos» (Fito Cabrales)
Pero en este su segundo libro, no sólo nos hace un revelado de los colores de su alma sino que también nos hace partícipes de los sinsabores de una realidad que no le es indiferente y que no son Bonitas cicatrices lo que nos deja precisamente.
Para leer Cuando dos son uno nos deberían de sobrar los motivos porque además de todo lo expresado, el lector o lectora se encontrará con el placer de contemplar un ramillete de Áureas letras y una inmensa riqueza de figuras literarias que harán de su lectura una ocupación desde Cuando amanece hasta La madrugada.