«No puedo decir con certeza en qué año nació la crónica; sin embargo existe la posibilidad de creer que fue coetánea de las primeras dos vecinas, que entre el almuerzo y la cena se sentaban a la puerta para desmenuzar los sucesos del día.»
Y es que lo común, cotidiano y trivial constituye la materia prima de este género literario que, a través de la pluma de Machado de Assis, considerado por Harold Bloom uno de los genios de la humanidad, se presenta simplemente como una charla perfecta, de esas que no aburren y que nos mantienen, entre risas y reflexiones, deseosos de seguir escuchando.
Como un vecino bien enterado del acontecer diario, el carioca nos ofrece un nítido retrato del Brasil de finales del siglo XIX, y refleja la marcada tensión entre lo antiguo y lo moderno, entre la tradición y el «progreso». Las meditaciones de un burro en torno a los novedosos tranvías eléctricos que han venido a desplazarlo como medio de transporte, la historia de un esclavo que se niega a aceptar su libertad porque no sabe lo que eso significa, la bien planeada fuga de los internos de un hospital mental que demuestran finalmente no estar tan locos, un reglamento para el uso del tranvía que prohíbe al viajero contar sus asuntos íntimos al prójimo, son algunos de los irónicos episodios que conforman esta selección.
Es éste, pues, un libro para quienes gustan de leer buenas historias. Lo único que el lector necesita es un poco de credulidad, pues el fundamento de la crónica es la realidad y ésta, como bien lo afirma nuestro autor, «es más difícil de creer que la invención y la fantasía».
JOAQUIM MARIA MACHADO de Assis nació en Río de Janeiro, Brasil, el 21 de junio de 1839, en el seno de una familia humilde. Precoz y autodidacta, tuvo que trabajar desde pequeño, y publicó su primer poema, Ela, en el diario Marmota Fluminense a la edad de 15 años. Poeta, cuentista, novelista, cronista y ensayista, es considerado uno de los grandes maestros de las letras brasileñas. Colaborador de diversos periódicos y revistas, fundó en 1896 la Academia Brasileira de Letras, institución que presidió hasta su muerte, en Río de Janeiro, el 29 de septiembre de 1908. En su vasta obra destacan las novelas Ressurreiço (1872), Helena (1876), Memorias póstumas de Blas Cubas (1881), Quincas Borba (1891); las compilaciones de poemas Crisálidas (1864), Falenas (1870), Americanas (1875) y Ocidentais (1897); así como los numerosos cuentos reunidos en Contos fluminenses (1870), Papéis avulsos (1882), El alienista (1882) y Reliquias da casa velha (1906), entre otros.