Argumento de Crítica de la Razón Criminal
El oscurantismo y la superstición frente al racionalismo y la ciencia. El choque entre estos dos condicionantes del comportamiento humano es el fundamento de este ameno e inteligente thriller de lograda ambientación histórica, primera entrega de una serie que retrata la adusta y convulsa Prusia de principios del siglo XIX a través de las pesquisas del magistrado Hanno Stiffeniis y su mentor, el filósofo Immanuel Kant. Corre el año 1801 en Lotingen, cerca de la frontera con Polonia. El magistrado Hanno Stiffeniis ejerce sus funciones en este pequeño y apacible pueblo prusiano donde se ha refugiado de un pasado turbio. Sin embargo, una intempestiva orden real lo obliga a volver de inmediato a Königsberg para investigar una serie de asesinatos que han desatado el pánico en la ciudad. Allí tendrá que trabajar bajo la vigilante y perspicaz supervisión de Kant, cuya fría racionalidad y ansias de conocimiento ocultan rasgos de carácter mucho más inquietantes. En un clima de zozobra y apremio, ante la inminente invasión de las tropas napoleónicas, la caza del sanguinario psicópata se convierte en un calvario cuyas estaciones pasan por intrigantes prostitutas y curanderas, nigromantes que aseguran poder hablar con los cadáveres y la no menos inquietante ambigüedad del secretario personal de Kant. Además, por si fuera poco, ciertos demonios del pasado de Stiffeniis resurgen imprevistamente para complicar la resolución del caso.1