Argumento de Correspondencia
Esta correspondencia es ante todo el documento de una amistad. Cartas de dos grandes amigos son las que ofrecemos al lector. Cartas de dos personas que toda su vida mantuvieron el de la amistad como uno de los bienes más preciados. La amistad fue tal vez el rasgo más definitorio de la personalidad de Cossío: la inagotable capacidad de ser amigo. A él como a ninguno le cuadra la descripción que del "amigo" hizo José Bergamín en CARACTERES al retratar a los miembros del grupo en 1926. Su colección privada no podía llamarse sino "Libros para amigos". Muchos años después, Jorge Guillén, al dedicarle la edición completa de CÁNTICO, escribirá: "A José María de Cossío, incansable en la amistad, gran esforzado del gran ocio, maestro en su labor". Tampoco Guillén queda atrás en su amplitud para disfrutar el don de la amistad, como manifiesta con frecuencia en las cartas, con fórmulas cargadas de significado. Pero la correspondencia entre José María de Cossío y Jorge Guillén es, sobre todo, un argumento de primer orden para aquellos que consideramos que los epistolarios constituyen un instrumento documental de primer orden para la historia de la literatura. En efecto, las cuarenta y seis cartas y tarjetas que se cruzaron estos dos amigos y paisanos entre 1921 y 1965 nos permiten conocer mucho mejor la personalidad, los afanes y las opiniones de cada uno de ellos, su influencia mutua, el diálogo, en suma, de dos intelectuales de excelente sensibilidad poética.0