Sólo tres personas habían conseguido escapar del trágico accidente marítimo que había sufrido el barco del biólogo Emile Labreque, llevándose a un rico filántropo y a cuatro miembros de la tripulación. Emile, su nieta Riley St. Joe y el capitán, Sam Cassain, habían sobrevivido, pero un año después el cuerpo de Cassain había aparecido en una playa. Parecía un asesinato y todas las pruebas apuntaban a Emile como culpable. Riley estaba decidida a limpiar el nombre de su abuelo, pero para ello tenía que buscar ayuda. El agente del FBI John Straker era la única persona dispuesta a ayudar, pues una fuerte amistad lo unía al biólogo. Riley y John eran polos opuestos, pero había algo que sí tenían en común: el deseo de demostrar la inocencia de Emile... y una pasión por el otro que ninguno de los dos podría resistir por mucho tiempo.