Una crónica sencilla, divulgativa y completa.
Las nuevas generaciones tienen derecho a que los posos de aquellas miserias garanticen la cordura y la concordia entre todos los españoles. Y a ese objetivo están dedicadas las páginas de este libro.
La Guerra Civil española fue un desastre humano, y no sólo por la cifra de muertos, no menos de ochocientos mil, sino por los trescientos mil españoles que se exiliaron de manera casi definitiva y los ochocientos mil que cada año eran enviados a cárceles y campos de concentración.
Esas cifras fueron todavía más terribles porque entre las víctimas se contaba lo mejor de la juventud española: los efectivos más valerosos y prometedores, que se vieron comprometidos en buscar, por sendas apocalípticas, un futuro distinto para su patria. Así, con el enfoque actual del capital humano, la Guerra Civil fue una catástrofe de proporciones estremecedoras, a la que seguirán las implacables depuraciones en la inmediata posguerra y catorce años de estancamiento económico. En definitiva, más de tres lustros de retroceso económico, social y cultural.
El recuerdo de esta larga secuencia de desdichas ha de hacernos pensar a todos en la necesidad de evitar las disgregaciones que plantean quienes, frívolamente, siguen renegando de la idea de España como nación libre y solidaria. Y en ese sentido, las nuevas generaciones tienen derecho a que los posos de aquellas miserias del período comprendido entre 1936 y 1939 garanticen la cordura y la concordia entre todos los españoles de hoy y de mañana. Un objetivo al que están dedicadas las páginas de este libro, y en especial a las generaciones más jóvenes, que aún no tienen una idea cabal de lo que fue aquella terrible contienda.