Cuando su madre desaparece durante un fin de semana de 1963, la idílica infancia de FlorineGilham se trastorna. Atrás quedan los días de verano en el pequeño pueblo de Maine, las excursiones con sus amigos, las tardes ayudando a su abuela a hornear y el esperar cada día en el acantilado para ver llegar el barco de su padre cargado de langostas. Todo cambia por completo.
A pesar de que quienes la rodean parecen seguir adelante con sus vidas, Florine está decidida a preservar intacto el recuerdo de su madre. Emprende entonces una intensa búsqueda tras las huellas de ésta.
Entre los veranos calurosos y los inviernos helados del Atlántico norte, Florine recorrerá sendas inexploradas en las que descubrirá secretos ocultos, y sobre todo, se encontrará a sí misma.
Una novela conmovedora, con personajes entrañables: una niña y su padre que deben aprender a vivir con la ausencia de la madre.
Visto a través de los ojos de una chica que se abre paso hacia la adultez.