De repente me di cuenta de que me estaba introduciendo en un terreno literario, de que mis cuadros habrían podido explicarse literariamente, y entonces fue cuando empecé a preocuparme por los aspectos más puramente plásticos. Así, fui eliminando imágenes que me parecían excesivamente descriptivas para buscar otras sígnicas, el color en libertad... y pasé a un periodo más abstracto en el que incluso había una cierta influencia del geometrismo. Era el momento en que en toda Europa, e incluso en EE.UU., se iniciaba lo que se denominaría abstracción lírica, y que más tarde acabaría recibiendo el nombre de informalismo. Me di
cuenta de que lo geométrico ahogaba la producción y de que los signos debían moverse en absoluta libertad.