"Soy una persona, a veces, atormentada por la idea del mal. Y es que el mal, cuando se presenta en pequeñas dosis, resulta hasta estimulante, para, en nuestra lucha diaria -tanto ético como estética-, poder avanzar y tratar de superarnos. Sin embargo, ¿qué sucede cuando el mal se impone de forma extrema y exagerada? ¿Puede tener sentido, en tal caso, la vida? Esta novela no es, en el fondo, sino un modo de espresar tal problema, y de tratar de darle alguna solución, para lo que me he valido, fundamentamente, de dos personjes: un militar español, ambicionso y sádico; y, como contrapunto, una monja de ascendencia alemana, que encarna en sí dos mundo que se complementan y solapan: el cristaiano, de una parte, y el romántico, de otra, un romanticismo inbuído, en particular, del espíritu de la obra de Novalis, el gran romñantico alemán.