Es sabido que este cambio no se produjo sin que los defensores de la tradición ofrecieran resistencia. Durante la mayor parte de estos años se defendieron utilizando las posibilidades que les ofrecía el juego político, pero tampoco dudaron en recurrir a las armas en aquellos casos en los que sintieron peligrar el sistema foral.
En este trabajo hemos analizado la lucha por el control del poder entre el Estado, las diputaciones y los ayuntamientos, cada uno de ellos defendiendo su parcela o queriéndose imponer sobre los otros. De esta contienda sólo podría salir un vencedor.
Hemos elegido como objeto de nuestro estudio a Portugalete y Barakaldo, localidades del bajo Nervión, porque nos ofrecen dos modelos distintos de configuración municipal. Portugalete, por su calidad de villa, es más proclive a los cambios y mantiene un pujante sector relacionado con los servicios. La anteiglesia Barakaldo, por su parte, es más partidaria de la tradición por lo tanto más refractaria a los cambios políticos. Durante este tiempo basa su economía en la agricultura y, en un menor grado, en actividades relacionadas con la extracción artesanal y acarreo de mineral desde los montes de Triano a los cargaderos del Nervión y Galindo.