En las empresas, la energía es esencial en el desarrollo de su actividad, lo que implica una relación directa con los costes y por ello es tan necesario profundizar en su conocimiento y control. Una empresa al gestionar correctamente su energía persigue tres objetivos: Reducir el consumo de energía. Ahorrar en costes energéticos. Disminuir las emisiones de los gases efecto invernadero (GEI). Una de las principales herramientas para que las empresas gestionen su energía son los estudios energéticos. Para iniciar un estudio energético, auditor y empresa, han de definir y establecer claramente cuál será el alcance técnico del estudio energético que se va a ejecutar, se ha de establecer un programa de actuaciones previas, siendo preciso solicitar por escrito a la empresa, relación de información, datos y documentos necesarios para la realización de la auditoría. Una segunda fase en el proceso de la auditoría es el trabajo de campo en las instalaciones de la empresa, toma de datos, registros y mediciones. Una vez recopilada la información y realizada la inspección ocular de la empresa con una toma de datos complementaria in- situ, se planifican las mediciones que son precisas para la correcta ejecución del estudio energético