Como consecuencia de una conversación casual y un viejo reportaje fantástico de treinta años atrás, el joven Alejandro inicia, en compañía de cuatro amigos más, la búsqueda de un supuesto tesoro. Libros antiguos que desaparecen, leyendas y mitos se entremezclan con la vida cotidiana de este grupo de chavales. Lo mejor de todo es que los lugares que se describen existen de verdad, que los chicos también existen de verdad y que la mayoría de las aventuras también tuvieron lugar en su día. Y, aunque el final resulte un tanto extraño, también es cierto que resultó exactamente así en la realidad.