La historia hace tiempo fuera del alcance del oído, los recuerdos de familia, los sentimientos contradictorios ante las imágenes bélicas afloran en una lengua que habla en voz alta y clara de un país que no reniega de su pasado más salvaje.
El poeta, sin ruido y con destreza incomparable, pasa a máquina la comida del pueblo, dibuja sus escombros, desempolva viejos fotogramas de soldados del frente, viaja por los años oscuros de la posguerra, recoge conversaciones envejecidas y se pregunta por un drama que perdura en sus conciencias.