El declive y las causas del suicidio de Víctor pasan casi inadvertidas para los protagonistas de estos diez relatos sobre personas corrientes y anónimas: jóvenes y mayores, trabajadores y parados, estudiantes y jubilados... Todos ellos pertenecientes a una clase media atropellada con indiferencia por la actual ?crisis? económica, política y social. El empleado que tiene que decidir entre cumplir con su empresa o con su familia; la pareja de ancianos que intenta disimular su ruina y desamparo; la veinteañera que ve cómo se aleja su sueño de seguir estudiando; el enfermo de hepatitis C que repasa su infancia de posguerra esperando un remedio que no llega; el profesor que tiene que afrontar situaciones que poco tienen que ver con la enseñanza; o el grupo de amigos, a punto de cumplir los cuarenta, que comparte cañas y frustración ante su oscuro futuro laboral. Navegando entre el compromiso y la resignación, entre la esperanza y la rabia, entre la ilusión y la áspera realidad, cada uno lucha a su manera, intentando encarar los problemas propios y ajenos con dignidad, amor y humor. Algunos lo conseguirán. Otros, como Víctor -único personaje con nombre-, se quedarán por el camino. Pero todos tienen algo en común: no cuentan, no interesan. Son los colaterales.