Este libro parte del hecho constatado de que existe una relación estadística entre el resultado en los tests de inteligencia y la clase social. El desarrollo cognitivo se caracteriza por un proceso de interacción entre el organismo y su medio ambiente. Por otra parte está claro que los diferentes medios sociales no son igualmente estimulantes para el desarrollo intelectual, pero frente a trabajos con enfoques descriptivos que se limitan a establecer covariaciones entre las características del medio (por ejemplo el tamaño de la vivienda o la profesión del padre) y los resultados en los tests de inteligencia, el autor trata de analizar la relación causal y los mecanismos mediante los que tal aspecto del medio estimula el desarrollo intelectual del niño. Este libro por tanto trata de analizar cuales son las variables intermediarias y los mecanismos mediante los cuales el status socioeconómico de los padres ejerce un efecto sobre la inteligencia de sus hijos. Plantea como una posible, aunque no única, variable mediadora los comportamientos educativos de los padres, investigando a lo largo del libro la siguiente hipótesis: las condiciones de vida y de trabajo relacionadas con el status socioeconómico de los padres determinan, en cierta medida, sus prácticas educativas.